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jueves, 23 de enero de 2014

Digo que formemos un ejército.

Paso la mirada y scrolleo sobre infinidad de quejas, proporcionadas o no, malcriadas o no, justificadas o no.

Pero también leo propuestas, una especie de inteligencia colectiva que parece orientar lo que cada vez se hace más y más indispensable. Necesitamos un ejército.

Un ejército capaz de preguntar, investigar, monitorear y seguir a nuestros funcionarios corruptos y sus clientes. Un ejército capaz de evaluar la gestión de un fiscal y los contactos de un banquero. Hackers. Curiosos de oficio. Gente con ganas de una experiencia colectiva de contraloría social.

Usemos máscaras. Hagámoslo divertido, pero hagámoslo.

Un ejército capaz de exponer y demandar acciones justas. Un ejército comunicacionalmente fuerte, exclusivamente dedicado a dirigir la revolución hacia dónde deseamos. Por que es de nosotros y es hora que reclamemos su propiedad.

Digo que formemos un ejército, para dar coñazos donde es necesario.

Cuentan conmigo.